
Es urgente combatir el cambio climático
El Día internacional de la Madre Tierra recuerda que el planeta y sus ecosistemas nos dan la vida y el sustento. El tema de este año fue el de la “alfabetización medioambiental y climática”. La ONU busca evoca la urgencia de actuar para evitar que el calentamiento planetario supere dos grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Como signo de los tiempos, contra la moda de noticias falsas, las marchas en más de 500 ciudades defendieron la ciencia y el consenso mundial que atribuye el cambio climático a un modo de producción depredador de la naturaleza: !Ya no hay excusas para no actuar!
Proteger la Madre Tierra
La masiva celebración del Día Internacional de la Madre Tierra evidencia la creciente consciencia ciudadana de la urgencia de combatir el cambio climático. La evidencia científica apunta como origen del calentamiento planetario, una civilización construida sobre una organización social desigual y un modo de producción intrínsecamente depredador de la naturaleza.

Hay que proteger la Madre Tierra
Ya el primer Día de la Tierra, en 1970, fue convocado en denuncia de un accidente petrolero frente a Santa Bárbara, California. 30 años más tarde, consciencia medio ambientalista llevó, a que en 1990, la ONU diera rango mundial al Día Internacional de la Madre Tierra. Eso no terminó allí. El Acuerdo de París adoptado en diciembre de 2015 guía hoy la respuesta de la humanidad al cambio climático. La certidumbre científica y el consenso ciudadano se tradujo en un urgente compromiso de los gobiernos con la transición energética.
La protección de la Madre Tierra depende hoy de la acción de los gobiernos. De que ellos adopten nuevos modos de desarrollo respetuosos de la naturaleza. Pero la procrastinación está de moda. Es otra forma que adopta la crisis de legitimidad democrática de los gobiernos. Pese a que sólo los gobiernos pueden cambiar de lógica las multinacionales, se dejan influenciar por ellas. Escuchan más las industrias contaminantes que las voces ciudadanas.
Incoherencias gubernamentales
Por un lado, gobiernos que suscribieron el Acuerdo de París tergiversan o adoptan políticas contradictorias. Por ejemplo, Justin Trudeau, contradijo su estrategia contra el cambio climático. Autorizó la construcción de oleoductos que aumentarán la producción de petróleo de las arenas bituminosas de Alberta. Aprobó la construcción del terminal de metano Pacific Norwest LNG.
También Philippe Couillard se contradice. Prometió una estrategia energética no contaminante, pero promulgó la ley 106, que abre la explotación del subsuelo a las empresas petroleras y de gas. También autorizó la cementería Port-Daniel-Gascons y la explotación de petróleo en la Gaspésie. Eso explica la denuncia del ex presidente, de la Comisión sobre los desafíos energéticos de Quebec. Él denunció el mito del liderazgo de Quebec en energía verde. No existe un plan para reducir en 80% los GEI para 2050.

Trump botó el Acuerdo de París a la basura
Además, la entronización de Trump muestra que la lucha contra el cambio climático es esencialmente política. Trump botó el Acuerdo de Paris al basurero. ¡El primer día de su gobierno! También eliminó de una plumada, los tímidos decretos adoptados por el anterior presidente Barack Obama.
El presidente de la que aún es la primera potencia mundial, duda de la evidencia científica del cambio climático. Trump cree que el calentamiento planetario es parte de un ciclo natural. El Make America Great Again, favorece la explotación de energías fósiles: carbón, gas de esquisto, petróleo y la construcción de oleoductos.
Constatamos que los gobiernos, escuchan poderosos intereses económicos que temen que la rápida transición energética afecte sus ganancias. Para dorar la píldora, algunos presentan la transición energética como una oportunidad de negocios. Prometen no afectar la desreglamentación y la libertad de acción de las multinacionales. Pero, Eduardo Galeano ya advertía que “no todo es verde lo que se pinta de verde”.
La acción corresponde a los Gobiernos

Los líderes contra el cambio climático no construyen oleoductos
Creemos que los ciudadanos no pueden asumir solos la protección de la Madre Tierra. La urgencia del cambio climático traslada a los gobiernos, representantes del bien común, la implementación de políticas públicas apropiadas. Los ciudadanos están enfrentados al paradigma consumista y el modelo comunicacional hedonista dominante. Hasta varios grupos ecológicos participan de la despolitización, ó privatización del combate contra el cambio climático. Sabemos que la suma de gestos individuales no es suficiente. Se debe contribuir con un grano de arena, pero es poco: ¡las mineras producen montañas! Los ciudadanos normales, o grupos ciudadanos pueden difícilmente competir con el acceso privilegiado a los gobiernos por las corporaciones y sus promesas de creación de empleos y desarrollo económico rápido.
La crisis climática está ligada a los efectos sistémicos del modo de producción basado en energías fósiles. Es importante rescatar la politización del accionar contra el cambio climático porque la protección de la Madre Tierra pasa por elegir gobiernos dispuestos a imponer la transición energética.
Hay mucho blablabla en esto de la «Madre Tierra». Hay un hecho ineludible y es la del crecimiento abismal de la población humana en el planeta Tierra. Y ellos necesitan comer y vivir, y para eso necesitan energía. Los Franceses utilizan 75% del poder energético eléctrico usando nada menos que centrales nucleares. Lo que no se dice es que estas son limpias comparadas con el carbón. Pero siguen usando el uranio enriquecido en circunstancias que el Torio es mucho más barato y produce mucho menos residuos. El «UNICO» problema es que el Torio no permite la transformación para uso en bombas nucleares. El uranio enriquecido sí que da productos colaterales aptos para fabricar bombas nucleares. EEUU terminó los programas de investigación para el uso del Torio porque ellos «necesitaban» material para fabricar bombas nucleares y el Torio era «neutro», ineficaz…
Hay que recentrar el tema energético porque es crucial para el planeta. Habría que publicar por ejemplo los trabajos científicos que se están haciendo en China para el uso del Torio. Chile tiene gente trabajando en este tema. Habría que informarse e informar correctamente a la población. Llorar por la Madre Tierra es barato pero inútil.