Trump y Trudeau se reunen finalmente

Donald Trump y Justin Trudeau se reunen

Mañana lunes 13 de febrero el primer ministro canadiense Justin Trudeau va a Washington, a regañadientes, para visitar al imprevisible nuevo presidente estadounidense Donald Trump que goza humillando sus visitas.  Aunque el gobierno canadiense se ha preparado para el encuentro, demasiado según muchos observadores, la incógnita se mantiene. Para la anécdota, la preparación del encuentro ya ha empezado mal: Tradicionalmente los últimos presidentes estadounidenses, a la excepción notable de Georges Bush hijo, visitaron en primer lugar el país del norte, considerado como su principal y más fiel aliado económico, político y en materias de seguridad.

Con ironía, algunos sostienen que es bueno que Trump no se haya ocupado mucho de Canadá. El encuentro puede ser muy imprevisible, como le sorprendió a la primer ministro Theresa May del Reino Unido, por el control ejercido por Donald Trump del encuentro. May ahora sufre presiones de sus ciudadanos para que anule la invitación para que Trump visite Inglaterra, por la ofensa que podría provocarle a la Reina tan grosero personaje. Hay una petición en ese sentido firmada por más de un millón de británicos.

Economías imbricadas

Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones canadienses y su economía tiene una imbricada dependencia con la de Estados Unidos de América (EUA). Las provincias canadienses negocian más con los Estados fronterizos que entre las provincias canadienses, por obvias razones de proximidad.

Los datos oficiales indican que se trata de una relación de económica de 1,4 billones de dólares de comercio bilateral y de inversiones. Fueron 759 mil millones en 2014 y las inversiones bilaterales de cerca de 698 mil millones.

Es importante notar sin embargo que mientras las exportaciones de estados Unidos hacia Canadá eran de 375 mil millones en 2014 y equivalían al 16% de las exportaciones totales; para Canadá el monto similar de exportaciones representaba el 76% de las suyas, alrededor del 20% del PIB.

Es necesario notar además que desde 2007, China sobrepasó a Canadá como el principal socio comercial de EUA mientras que la dependencia canadiense de los mercados de EUA se profundiza por efecto del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (ALCAN). El superávit de la balanza de pagos canadiense depende de sus relaciones económicas con EUA. La dependencia económica canadiense está directamente ligada a la más larga frontera compartida. ella se traduce en numerosos tratados sobre el uso de las aguas, los oleoductos, la energía eléctrica, ferrocarriles, autopistas y telecomunicaciones.

El relativo aislamiento canadiense de otros mercados separados por los mares atlántico, pacifico y del Norte contribuye a esa especial dependencia. Por ello las amenazas de apertura del gobierno Trump de reabrir el ALCAN bajo el criterio de los intereses de América First causan escalofríos en Ottawa.

Energía y combate al cambio climático

Otro expediente litigioso es el de la energía. El primer ministro canadiense aparece como un adalid de la lucha contra el cambio climático frente a la climático-escéptica posición del nuevo gobierno Trump, que renunció al Acuerdo de Paris contra el cambio climático en los primeros días de su mandato.

Es indudable que la autorización de la construcción del oleoducto Keystone XL por Trump en su primera semana de gobierno, rechazada por el ex presidente Barack Obama, envía el mensaje claro que Canadá no puede contar con Washington en adaptar su economía a los requerimientos de la reducción de los gases con efecto invernadero. Ello cuestiona los planes de combate al cambio climático tímidamente esbozados por el gobierno Trudeau. En esa medida, serán las provincias las que debieran jugar un rol clave en mantener esas medidas porque los Estados gozan con cierta autonomía para seguir con los planes de combate al cambio climático. Pero está claro que será más difícil para el gobierno Trudeau, considerando la integración de las dos economías, sobretodo en cuanto a la reducción de la producción de las arenas bituminosas de Alberta, como en la reducción de la explotación del gas de esquisto que circula desde EUA a través de Canadá.

La seguridad y rol internacional

A esos temas se agrega el del expediente de la seguridad regional y mundial. Hay una relación ya imbricada, que se estrechó aún más desde los atentados del 11 de septiembre de 2001. Canadá forma parte de las llamadas Five eyes proyecto controlado por EUA que permite controlar las telecomunicaciones mundiales. Además forma parte del perímetro de seguridad de EUA.

Aunque Canadá no siempre es un satélite y tiene una política exterior de potencia intermedia en el concierto mundial, su margen de maniobra es limitado. Recuerdes que el gobierno del primer ministro Jean Chrétien, supo oponerse al apoyo exigido por la Casa Blanca para a la invasión de Iraq, argumentando que no era impulsada por el Consejo de seguridad de la ONU como en la intervención en Afganistán. La historia le daría la razón a Chrétien porque la excusa de las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein fue la mayor mentira de los tiempos modernos.

Sin embargo, la amenaza de un muro semejante al prometido con México, entre Canadá y los EUA formulada por algunos hace temer problemas de frontera entre los dos países.

Nadie duda que la política exterior canadiense en conflictos y en instancias internacionales como en la ONU, en la OTAN se verá fuertemente influenciada por la estrategia del América First del presidente estadounidense. Ello también se dará en las relaciones con Europa y con Asia luego que Trump hundiera el Acuerdo Transpacífico remplazándolo por acuerdos bilaterales.  

Canadá deberá tener voz propia como lo hizo cuando decidió finalmente, al igual que los gobiernos de Dinamarca, Bélgica, Finlandia, Holanda, Luxemburgo y Cabo Verde de remplazar el apoyo estadounidense a los derechos reproductivos que Trump prohibió por decreto.

La estrategia del gobierno canadiense

El gobierno Trudeau sobrevivirá difícilmente a los cuatro del gobierno Trump. Creemos que ello recuerda la importancia de fijar una política comercial exterior más diversificada, lo que es posible en el siglo 21. Además existen límites sobre lo que puede ceder frente a la política de Trump en diferentes áreas.
Mientras los conservadores insisten en que Trudeau no debe ofuscar a la nueva administración y critican a sus tweets con veladas críticas al decreto que prohibió por 120 días la entrada a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana y la acogida de refugiados; el Nuevo partido Demócrata critica la obsecuencia de Trudeau que no defendería lo suficiente los valores canadienses frente al nuevo presidente estadounidense.

Trudeau pretende buscar un equilibrio. Reorganizó su gobierno con una ministro de relaciones exteriores en Chrystia Freeland, con un perfil económico y dedicación exclusiva a Washington, despidiendo al mismo tiempo al ex ministro Stéphane Dion. Todo ello para acomodar la nueva administración de la Casa Blanca. Pero camina una estrecha línea no estará exenta de conflictos. Creemos que no le conviene no tener conflictos con un presidente que tiene las políticas y los valores del presidente Trump.

El decreto que prohíbe la entrada de ciudadanos de 7 países de mayoría musulmana y los refugiados  muestra que debe mantener autonomía para responder a los valores canadienses. La corte de apelaciones de San Francisco suspendió el decreto de Trump esta semana, mostrando que debía denunciarse por contraria al derecho la decisión el decreto de Trump. Esa disposición debiera traducirse en que Canadá cambie su percepción de que EUA es un país seguro para los refugiados. La llegada, a pesar del frio de cientos de refugiados que no encuentran asilo en EUA lo confirma.

Los puntos claves de las relaciones entre Canadá y Estados Unidos serán el ALCAN, el diferendo sobre la madera de construcción, las relaciones con la OTAN y la ONU, el cambio climático y la política de inmigración y refugio. Pero otros temas pueden aparecer rápidamente, en lo que será una compleja relación.

Afortunadamente la relación entre EUA y Canadá no pasan solamente por la presidencia y la oficina del primer ministro. La relación entre las provincias y los Estados del vecino del Sur son importantes: 9 millones de empleos estadounidenses dependen del comercio con Canadá en los Estados fronterizos. Los consejeros plantean insistir en los objetivos comunes, de trabajar para la llamada clase media y crear empleos. Algunos hasta recomiendan que no abrace al arrogante Trump como lo hiciera con Barack Obama. Las anécdotas ocuparán los analistas en los próximos días pero tras ello se avecina una compleja relación con inesperadas consecuencias.

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