
Lenin Moreno, candidato de Alianza País no alcanzó a ganar en la primera vuelta
El domingo pasado (19 de febrero) más 12 millones (12.816.698) de ciudadanos ecuatorianos concurrieron a las urnas para la primera vuelta de la elección de presidente y vicepresidente de ese país sudamericano. También debían renovar la Asamblea Nacional unicameral y elegir los representantes al Parlamento Andino. Al mismo tiempo los electores debían responder a una novedosa consulta popular, un pacto ético, contra los paraísos fiscales. Se trataba de elecciones que adquirieron importancia más allá de las fronteras de Ecuador porque observadores y fuerzas de derecha o de izquierda estimaban que los resultados confirmarían o desmentirían el fin del ciclo de gobiernos progresistas en América Latina.
Los resultados de la elección

Guillermo Lasso de CREO’ SUMA disputará la presidencia el 2 de abril próximo
Habrá segunda vuelta el 2 de abril próximo porque el candidato presidencial de Alianza País, Lenin Moreno, sucesor del actual presidente Rafael Correa, no alcanzó el 50% de los votos o el 40% de los votos y un diferencia de más 10 puntos porcentuales con el segundo candidato. Con 39,35% de los votos válidos, a Lenin Moreno le faltó un pequeño margen de 0,8% para hacerse elegir presidente. El suspenso se mantuvo por tres días, hasta las 21 horas del miércoles 22 de febrero, cuando el titular del Consejo Nacional Electoral (CNE) Juan Pablo Pozo confirmó por cadena nacional que habrá segunda vuelta electoral entre el candidato de la Alianza País, Lenin Moreno, y el banquero Guillermo Lasso de la Alianza Creo-SUMA, quien obtuvo el 28,1% de los votos válidos. El oficialismo perdió más de 18 puntos porcentuales entre la rotunda victoria de Correa en 2013 con el 57% y la elección del 19 de febrero. La Alianza País pierde apoyo en las principales aglomeraciones, principalmente en Quito donde el alcalde Mauricio Rodas y en Guayaquil donde el edil Jaime Nebot le entregaron el apoyo al derechista candidato Guillermo Lasso.

Los ecuatorianos aprobaron el pacto ético contra los paraísos fiscales
Es evidente que fue un triunfo con sabor amargo para Alianza país; pese a que después de 10 años en el poder, obtuvo nuevamente la mayoría absoluta en la Asamblea nacional con 73 de los 137 curules con que cuenta el cuerpo unicameral legislativo ecuatoriano. Destacó sin embargo la alta abstención para los 6 escaños en el extranjero.
Además, la Alianza País puede igualmente esgrimir la victoria del Sí con 59,98% en la consulta sobre los paraísos fiscales, con lo que se declarará ilegal que los funcionarios y dignitarios ecuatorianos puedan tener fondos en los paraísos fiscales. Una respuesta novedosa a la crisis de los Panamá Papers ty los paraísos fiscales saludada internacionalmente. Se calcula que el 30% del PIB ecuatoriano está camuflado en paraísos fiscales.
La segunda vuelta el 2 de abril
Los partidarios de Lenin Moreno aseguran su victoria en la segunda vuelta con cerca del 60% en algunas encuestas. Pero ello se complica porque la candidata Cynthia Viteri del partido Social Cristiano, tercera con 16,31% anunció que apoyara a Guillermo Lasso en la segunda vuelta. Por su parte, Paco Moncayo del Acuerdo por el Cambio cuarto en los cómputos con 6,71% anunció que no apoyará nadie en la segunda vuelta.
Está claro que la popularidad de Rafael Correa no se trasladó automáticamente al candidato oficialista Lenin Moreno.

La CONAIE no apoya a ningún candidato en la segunda vuelta
La derecha política, económica y mediática lanzó una fuerte ofensiva para ganar la segunda vuelta presidencial el 2 de abril, polarizando la campaña al estilo de Mauricio Macri que le permitió ganar las elecciones en Argentina. Desde ya denunció como fraude electoral la lentitud del conteo de votos, una actitud recurrente de la derecha ecuatoriana según los analistas. Convocó a manifestaciones, puso en relieve declaraciones del Comité empresarial y la preocupación de la Conferencia episcopal (Iglesia católica). Se levantaron rumores, desmentidos por el comando conjunto, del llamado del ejército a reconocer la voluntad soberana con un “ágil y transparente escrutinio electoral por el bien de la convivencia pacífica de la Patria”. La derecha beneficia de la actitud neutra del Consejo Ampliado de la dirigencia de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador CONAIE, que decidió el jueves de esta semana que no apoyarían ni a Guillermo Lasso, ni a Lenin Moreno en la segunda vuelta. Algo que en un cuadro polarizado como el de la segunda vuelta tiende a tensionar el movimiento indigenista de acuerdo al líder Humberto Cholango.

La popularidad del saliente presidente Rafael Correa no se trasladó a su sucesor
La ofensiva de la derecha hace temer por los resultados de la segunda vuelta presidencial y la llamada Revolución Ciudadana y el legado de Rafael Correa en América latina. De acuerdo a sus partidarios, la Revolución Ciudadana es el proyecto pos-neoliberal del socialismo del siglo XXI, defendido por el presidente Rafael Correa. El 15 de enero de 2007 Correa propuso la refundación del Estado Ecuatoriano y la consolidación del proyecto social de construir el socialismo del buen vivir o Sumak Kawsay: una sociedad incluyente, solidaria y justa que promueve la libertad basad en la justicia, la democracia, la paz y las relaciones equitativas orientadas al bien común.
¿Un legado en peligro?
Varios observadores plantean que la década de Correa (2007-2017) fue una década ganada, en comparación con la “década perdida” de 1997-2007 marcada por la crisis económica que se tradujo en la dolarización de la economía en enero de 2000 y más de dos millones de ecuatorianos emigraron.. Los cambios fueron claros: entre otros, la pobreza alcanzaba al 37% de la población en 2000 y bajó al 23% en 2015 ; hubo reducción de la desigualdad: la parte del 10% más rico en la riqueza nacional bajo del 42 al 25% y la del 10% más pobre aumentó y Ecuador tiene la tasa más baja de desempleo de la región.

Celebración del derrocamiento del presidente Jamil mahuad en 2000
La inestabilidad política de 1997 a 2007 llevó al paso de 7 presidentes en sólo 10 años. Sixto Durán Ballén fue el último mandatario que en 1996 terminó su gobierno de 4 años para el cual fue elegido. Le siguió Abdala Bucarán que sólo duró seis meses en el poder hasta febrero de 1997, su vice presidenta Rosalía Arteaga, estuvo dos días en el poder que fue asumido finalmente por el jefe del parlamento, Fabián Alarcón. El presidente Jamil Mahuad entronizado en agosto de 1998 abandonó su cargo por la insurrección indígena y le sucedió su vicepresidente Gustavo Noboa en enero de 2000 por 36 meses, cediendo el poder al presidente Lucio Gutiérrez en enero de 2003, siendo derrocado en abril de 2005, llevando a la nominación de su vicepresidente Alfredo Palacio hasta la elección de Rafael Correa el 15 de enero de 2007. Los observadores temen el retorno de la inestabilidad.
Los logros del decenio de Correa son evidentes pero algunos plantean que pese a la década ganada eso no será suficiente para asegurar la victoria en la segunda vuelta; que la victoria de Alianza país será ajustada y dirimida entre la continuidad del progresismo o un giro a la derecha.

La multinacional brasileña Odebrecht fue acusada de corrupción en Ecuador
Los analistas atribuyen la incapacidad de Lenin Moreno en ganar en la primera vuelta a múltiples factores, incluido el cambio de liderazgo. Un elemento importante porque la Revolución Ciudadana está intrínsecamente ligada a Rafael Correa. Sin embargo destacan también políticas que causaron fisuras en la base social de la Alianza País: como la polémica Ley laboral en marzo de 2016; el tratado de libre comercio con Europa, las alianzas público/privadas, el endeudamiento externo, la recesión económica provocada por el aumento de precio del petróleo y las crecientes denuncias de corrupción ligadas a Odebrecht, explotadas por los medios de comunicación en manos de la derecha. La oposición de un sector del movimiento indígena se alineó con las candidaturas de la derecha explicando la alta votación del CREO en la Amazonía y en la Sierra Centro.
En Ecuador se polariza una opción entre políticas neoliberales y la continuidad de la Revolución ciudadana. Ello hace difícil el espacio de crítica de izquierda del movimiento ecológico, los movimientos sociales contra el extractivismo y el indigenista a la gestión de Correa en los últimos años.
El candidato derechista Guillermo Lasso del CREO, no es un recién llegado. Fue uno de los banqueros que más benefició de la crisis de 1999 que terminó con la dolarización de la economía y fue superministro de Jamil Mahuad y embajador itinerante en la presidencia de Lucio Gutiérrez. Su programa es neoliberal: propone bajar los sueldos para crear más empleos, reducir los impuestos aunque se deba sacrificar la inversión en salud y avanzar en la reprivatización de la salud, la educación.
La segunda vuelta por la presidencia en Ecuador aumenta el debate sobre el fin de ciclo de los gobiernos progresistas. Lo cierto, como dice Emir Sader, lo que está en disputa es la reconducción de los proyectos de los gobiernos progresistas en contexto de recesión mundial o la restauración neoliberal como en Argentina o Brasil.