TRUMP 4: ¿Una política internacional peligrosa?

El presidente electo Donald Trump aparece como un personaje previsible tanto en la defensa  de la oligarquía estadounidense como en política interior. Sin embargo, la situación es diferente en política exterior. Porque son menores las limitaciones al poder ejecutivo el estilo Trump es peligroso para la estabilidad mundial. Se trata del presidente con menor experiencia en política internacional.

Muchos analistas temen que Donald Trump desmantele la que consideran una herencia positiva de los dos gobiernos de Barack Obama, quién habría recentrado la política exterior estadounidense en los desafíos fundamentales de Washington y entrega una presidencia sin graves problemas como la que recibió.

Según sus partidarios, Obama tuvo éxito porque redujo el perfil del conflicto de civilizaciones con el islamismo radical incluido con el Estado Islámico como algo que no afecta la esencia de Estados Unidos, prefiriendo una combinación de ataques puntuales y asesinatos con drones y acciones de una coalición más amplia, deteniendo la escalada que llevaba al empantanamiento estadounidense en la región (redujo la presencia en Afganistán) retiro parcial en Siria uqe permitió un rol más activo de Rusia . Planteó Consiguió un acuerdo de limitación del poderío militar de Irán que redujo las tensiones en la región. Dio más importancia estratégica a Asia y allí buscó una contención del emergente enemigo chino en terreno económico sin buscar aumentar las tensiones militares. También consiguió restablecer un modus vivendi con América latina gracias al reconocimiento diplomático de la revolución cubana por parte del ejecutivo, sin esperar al congreso. Con el fortalecimiento de acciones multilaterales con la Unión Europea en el Medio Oriente. Con el desarrollo de una política propia en África.

En todos los casos, el pragmatismo en política exterior de la administración de Barack Obama reflejaba el reconocimiento de los limites de la potencia estadounidense en el siglo XXI.

Todo indica que la política exterior de Donald Trump que persigue Make America Great Again es la gran incógnita  y su estilo imprevisible puede ser peligroso en un mundo de gran complejidad. Algunas declaraciones de Trump y de sus asesores presentan un abanico de posibles conflictos de fondo y de estilo.

Por un lado Trump plantea abiertamente un acercamiento con Rusia a pesar que las recientes declaraciones de los jefes de la inteligencia estadounidense de la incidencia de Putin en el escándalo de los correos de Hilary Clinton hacen más difícil. En su visión, Rusia puede ser un aliado en contrarrestar el enemigo Chino que es el mayor peligro para la seguridad de Estados Unidos en el mundo.

Por otro lado en un conflicto tan complejo como entre Israel y Palestina, se plantea en abierto apoyo al gobierno ultraderechista de Benjamín Netanyahu en Israel y a la instalación de colonos en los territorios palestinos. Criticó abiertamente la abstención estadounidense frente a la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condenó el establecimiento de colonias israelíes en territorio palestino ocupado y rescate la tesis de los dos Estados como única salida diplomática a la crisis israelo-palestina.

También está claro que se vuelve a los años republicanos de crítica de la Organización de las naciones Unidas, como lo hiciera Ronald Reagan en los años 80 cuando casi destruyo UNESCO. Es el retorno de la política unilateral de defensa de los intereses de Washington del siglo XX.

En relación a China, percibido como el enemigo principal, plantea una política de fuerte oposición, a diferencia de Obama que usaba pragmáticamente el TPP. Trump quiere usar el antagonismo bilateral militar. Una política no exenta de errores diplomáticos y provocaciones como fue la conversación con la presidenta de Taywan Tsai Ing-Wen en diciembre. Trump rompió con la política exterior definida por el republicano Richard Nixon en los años 70.

En Asia Trump aparece también apoyando abiertamente el fantoche presidente Filipino Rodrigo Duterte y su sangrienta cruzada contra el narcotráfico que ha significado la muerte de miles de inocentes. Un presidente que se permitió apostrofar el presidente Barack Obama pero que es admirador de Trump. No es por nada que los observadores internacionales consideran que el prestigio internacional de Washington y la idea que el sistema político estadounidense es un modelo de democracia para los países en desarrollo perdió muchas plumas.

La política de Trump con China de acuerdo a sus asesores debe ser de obtener la paz actuando fuerte. Ellos estiman que los excedentes de exportaciones chinas hacia Estados Unidos permitieron que China construyera un complejo militar industrial que hoy amenaza Estados Unidos y le permitieron transformarse en gran potencia mundial. También critican que Estados Unidos aceptara China en la Organización Mundial de Comercio. Trump plantea una política militar agresiva para controlar el poderío chino en la región y mostrar que Estados Unidos defenderá sus aliados, incluido Taiwán que es un ejemplo de democracia frente a China.

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