Cambio climático: Día de la Tierra 2016

tierra_cop_2015_12_13_bEl 22 de abril, se celebró en el mundo el Día Internacional de la Madre Tierra. Una celebración que recuerda la relación intrínseca según la Organización de las Naciones Unidas, entre las personas y las especies que habitan el planeta. Este año la celebración adquirió un carácter simbólico de gran importancia porque fue el día en que 170 países firmaron el Acuerdo de Paris de lucha contra el cambio climático.

El día de la tierra comenzó el 22 de abril de 1970 en Estados Unidos. En 1990 el día de la tierra adquirió envergadura mundial, fue celebrado en 141 países y se calcula la participación de 200 millones de personas, que desde entonces realizan una serie de iniciativas relativas a la defensa del medioambiente; desde plantar árboles hasta protestas contra la contaminación y el cambio climático.

Fue una de las tantas fechas que son precursoras del movimiento de protección del medio ambiente moderno. El 15 de diciembre de 1972, la ONU designó el 5 de junio como el día mundial del medio ambiente. El 20 de diciembre de 2013, la Asamblea General de la ONU decidió proclamar el 3 de marzo como el día de mundial de la Naturaleza, para concientizar sobre la importancia de la fauna y la flora salvajes.

Finalmente, la Asamblea general de las Naciones Unidas por proposición del presidente boliviano Evo Morales, decidió en 2009 que el Día Internacional de la Madre Tierra se incorporaba al calendario de días internacionales de la ONU.

Este año el tema del día de la tierra es de los árboles para la tierra y se propone plantar cerca de 8 millones arboles en los próximos cinco años porque los árboles ayudarían a combatir el cambio climático, ayudan a respirar aire limpio, a contrarrestar la disminución de especies en vías de extinción y mejoran la sostenibilidad económica de comunidades locales

Aunque es de carácter simbólico, la firma por parte de representantes de gobierno o estados de 170 países del Acuerdo de Paris, ello permite relanzar la lucha contra el cambio climático a nivel global. Como se recordará el Acuerdo de Paris s fue adoptado el 12 de diciembre pasado en la Conferencia de las Partes sobre el cambio climático. La COP 21.

Luego del fin del llamado Protocolo de Kioto, adoptado en los años noventa y que se reveló completamente insuficiente para responder a la crisis climática, la adopción del acuerdo de parís significó un avance importante. Los países reconocieron finalmente que existía un problema de carácter global, que este es el resultado de la actividad humana de acuerdo a las observaciones del grupo internacional de expertos.

Aunque todavía este tratado adoptado en Paris en diciembre pasado, no garantiza una victoria en la lucha contra el cambio climático, es un paso importante. Pero, creemos que no ataca las importantes inercias que existen en la economía mundial. Una economía mundial que insiste en la explotación de energías fósiles, a pesar de que se dé lentamente mayor importancia a las llamadas energías verdes. Pero, al ritmo actual, y con el desarrollo de nuevas fuentes de energías fósiles como las que extraen el gas de esquisto, en lugar de haber menos energías fósiles, hay demasiado petróleo. Una situación que lleva a la caída de los precios del crudo, que es sindicado como principal productor de gases con efecto invernadero.

Por su parte el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático planteaba a 2050, como fecha clave para evitar que entre en juego el carácter irreversible del cambio climático – producto de la descongelación del pergelisuelo de las nieves eternas con gran contenido de metanol

En el Acuerdo de parís, los países se comprometieron a limitar el aumento de la temperatura global de planeta por debajo de 2 grados centígrados y trabajar incluso a que no aumente más de 1,5 grados centígrados.

Se requiere la firma por parte de los parlamentos o gobiernos de 55 países para que el acuerdo entre en vigor en 2020 y tenga carácter vinculante para los firmantes. Los países deben presentar planes concretos de reducción de gases con efecto invernadero. También plantea e l apoyo económico a la transición de economías basadas en energías fósiles como el carbón y el petróleo a energías renovables como la solar, eólica y otras. El acuerdo considera el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, vale decir la ayuda a las naciones más pobres del Sur del planeta y mayor responsabilidad de los grandes contaminantes del Norte.

Ya hemos señalado que el acuerdo es insuficiente, pero es un gran avance que tanto Estados Unidos como China sean ahora parte de la firma de estos acuerdos, a diferencia del Protocolo de Kioto. Esos dos gigantes son responsables por si solos del 38% de las emanaciones mundiales de gases con efecto invernadero. Además, de acuerdo al nuevo primer ministro canadiense, Justin Trudeau, esta vez Canadá, a diferencia de cuando estaba bajo el gobierno del conservador Stephen Harper, promete ser parte de la solución. Algunos dudan, porque al mismo tiempo, Ottawa apoya la construcción de oleoductos para transportar cada vez más petróleo.

El Día Internacional de la Madre Tierra en 2016, refleja la creciente conciencia planetaria de que el desarrollo y la supervivencia de la humanidad dependen del cuestionamiento del consumo sin límites y la búsqueda de un equilibrio con la naturaleza. No se debe olvidar la fuerza transformadora que tiene el mensaje de la urgencia de combatir el cambio climático. La crisis climática es un resultado directo del modo de producción capitalista. La Madre Tierra no puede soportar la expansión sin límites que propone la lógica que animan hoy día la acumulación de capitales y el funcionamiento de la economía mundial. A la contradicción, planteada por el Barbudo Renano, y existente entre humanos: por la producción social de la riqueza y su apropiación individual; se agrega ahora la contradicción entre un modelo de producción basado en la producción sin límites y que crea las crisis de sobreproducción y el carácter finito de la tierra como soporte de la vida humana.

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