La situación política quebequense está marcada por las consecuencias sociales de las políticas de austeridad y de desconstrucción del modelo quebequense del gobierno liberal mayoritario de Philipe Couillard que han despertado una vasta movilización ciudadana.
Podría pensarse que los tres partidos de oposición beneficiarían de esa situación, sin embargo, no es lo que ocurre. Algunos analistas hablan incluso que pese a haber sido elegido en contra del partido Quebequense de Pauline Marois en las últimas elecciones, los liberales podrían gobernar cuarenta años gracias a la división de la oposición en tres partidos: El partico quebequense dirigido por Pierre Karl Péladeau, la Coalcion Avenir Quebec de Francois Legault y Quebec Solidario dirigido por Francoise David y Amir Kahdir. Oposición política ausente. Mientras tanto el movimiento ciudadano contra la austeridad crece en importancia.
El nuevo gabinete de Couillard
Es lo que busca hacer el nuevo gabinete del primer ministro Philipe Couillard. Asegurar su reelección en dos años. El nuevo gabinete de Philipe Couillard no cambia las políticas que se han aplicado, algunas de las cuales recién comienzas a producir sus efectos negativos.
A pesar de la entrada de nuevos reclutas no se aprecia un cambio de orientación del nuevo gobierno ministerial.
La llegada de la ex presidenta de la CAQ Dominique Anglade que entra como nueva ministro de economía de finanza y de innovación es la gran novedad del ministerio, pero ello es una cuestión de imagen antes que la llegada de una nueva sensibilidad gubernamental. Otros nuevos no significan cambios de orientación: Sebastián Proulx y Luc Fortin.
Los cambios de sillas y responsabilidades en los ministerios persiguen un cambio superficial de imagen de los ministros mas controvertidos y asociados a los errores del gobierno Couillard.
Se busca iniciar una segunda etapa del gobierno en preparación de las elecciones presidenciales previstas en 2018. En efecto el controvertido ministro de educación Francois Blais le cede el lugar a Pierre Moreau que abandona los asuntos municipales. Martin Coiteaux abandona el ministerio de Hacienda y remplaza a Moreau, se trata de cambiar la imagen del gobierno y sus políticas de austeridad. Por otro lado, es Sam Hamad que no se caracteriza por sus competencias en varios expedientes el que asume el ministerio de hacienda. El ministro Gaetan Barrette encargado de la privatización del sistema de salud quebequense sigue en su ministerio.
El Partido Quebequense
Mientras tanto, el partido quebequense dirigido por Pierre Karl Péladeau no ejerce su rol oposición oficial y ocupa las noticias con los errores de su jefe, mientras que su proyecto soberanista sigue poco claro. Los caricaturistas insisten cada vez más en esa situación que refleja problemas profundos de definiciones en el PQ y que además no consigue imponerse como alternativa frente a los liberales a pesar de la impopularidad de las políticas gubernamentales. En Quebec ocurre algo semejante a lo ocurrido en el nivel federal bajo el gobierno Harper que beneficio de la división entre los liberales y el Nuevo partido demócrata para permanecer 10 años en el poder a pesar de sus políticas de austeridad y resistida por la mayoría de los canadienses. Fue solo la decisión de los electores de volcarse a la candidato con mejores posibilidades de cambiar la situación lo que llevó al cambio de gobierno en el nivel federal. El gran plan del jefe del PQ era, sobre la base de la matemática electoral de plantear la unidad de todos los soberanistas y se podía asegurar la derrota de los liberales federalistas. Pero parece que es un plan que encuentra muchas dificultades por los temores a la hegemonía del PQ por parte de los otros partidos.
En lugar de impulsar esa estrategia y beneficiar de la falta de popularidad de las políticas de austeridad y de desmantelamiento del modelo quebequense por los liberales, PKP ha debido estar en la defensiva por su pasado de hombre de negcios y porque sigue siendo el principal accionista del principal conglomerado mediatico de Quebec (Quebecor)
Por un lado, las élites federalistas y los medios que controlan concentraron sus ataques en las posibilidades de ilegalidad del Instituto de la Independencia, haciendo olvidar las dificultades del gobierno Couillard.
Se trata efectivamente de una justificación un poco difícil. La idea de crear un Think tank soberanista propuesta por Pierre Karl Péladeau con vistas a desarrollar y aclarar el discurso favorable a la soberanía de Quebec, tiene ya sus contrapartes en varias instituciones similares federalistas, que constantemente producen informes para apoyar la unidad canadiense. La polémica sobre el hecho que el Instituto de la Independencia creado pro PKP debiera entrar como gasto del PQ y no el de un organismo sin fines de lucro, adquirió aspectos políticos por la impresión de que el serviría para apoyar las opiniones del Partido. Los observadores serios, señalan que será necesario esperar para ver la forma que asuma ese instituto antes de crear una polémica. Con su declaración que estaría dispuesto a contribuir con un millón de dólares al Instituto, PKP creó ese flanco débil.
A ello se agrega que la personalidad del jefe del PQ, y sus ambigüedades en materia de políticas de energía. Se inscribe en contra de la opinión mayoritaria de los quebequenses contra la explotación petrolera en la Isla de Anticosti y contra el oleoducto de Transcanada y si inscribe efectivamente en la lucha contra el cambio climático la estrategia energética de Quebec. A ello se agrega su posición ambigua respecto de los paraísos fiscales que permiten evitar pagos fiscales. Aunque los observadores consideran que efectivamente el problema de los paraísos fiscales es un problema de la globalización neoliberal y la anuencia de los estados ante las multinacionales, aparece en conflicto con la posición clara planteada por el Partido Quebequense contra los paraísos fiscales. Hasta su presencia en movilizaciones sociales contra las políticas de austeridad de Philipe Couillard no le ubican como oposición frente al gobierno liberal. En la práctica y a XXX años de las próximas elecciones.
La Coalición Avenir Quebec
Por su parte, la segunda oposición, la de la Coalición avenir Quebec de François Légault sigue buscando su destino y luego de años en que prometió no mezclarse en el tema de la soberanía, la creciente polarización entre el federalismo asumido de Philipe Couillard y el reforzamiento previsto del PQ, decidió declararse autonomista como tercera vía, que no tiene muchas posibilidades de concretizarse. Légault está más preocupado de poder ganar nuevos diputados que rompan con el PQ que en atacar el gobierno de Philipe Couillard.
El problema de Francois Legault, a pesar que una prensa obsecuente no lo destaca, es que ha cambiado de posición varias veces en los últimos años. Era ardiente y apresurado independentista cuando trato de ganar la jefatura del PQ. Luego se fue de ese partido y formo la CAQ aliándose a la derechista acción democrática de Mario Dumont, inclinándose resueltamente a la derecha y prometiendo hablar de los temas importantes, dejando de lado el tema de la independencia de Quebec. Sin embargo, su mensaje derechista no cuajo en la opinión pública y se lo robaron ahora los liberales que van incluso más allá de lo que prometían los lucidos derechistas enquistados en la CAQ. Ahora vuelve al federalismo autonomista de la Comisión Allaire en los años noventa y que dividió al partido liberal.
Quebec Solidario
Por su parte, Quebec Solidario, que es el que tiene mayores posibilidades de beneficiar del descontento de la población con respecto a las políticas de austeridad del gobierno Couillard, no consigue posicionarse claramente en el tablero político y respectó de las posiciones del gobierno Couillard.
Quebec solidario representa la esperanza de posiciones progresistas en Quebec, pero su ambigüedad en materia de relaciones federales provinciales no le permite presentarse como una clara alternativa al Partido Quebecois. Al contrario, parece instalarse como en política federal en el rol jugado durante decenios por el Nuevo partido Demócrata.
La movilización ciudadana
Está claro que el gobierno de Philipe Couillard conserva un apoyo sólido a pesar del descontento generalizado de la población frente a las políticas de austeridad y el cambio del modelo quebequense. Es lo que revelan las encuestas. Una contradicción que refleja claramente que la división de la oposición le favorece y le permite seguir con sus políticas. El proyecto del PQ de resucitar el fallecido proyecto soberanista mediante la alianza de los independentistas del PQ con los progresistas en Quebec solidario y los más conservadores en la CAQ, no parece dar resultados. Pese a que la diputada Véronique Hivon, con una solidad reputación de trascender las barreras partidistas gracias a la adopción de la ley consensual sobre morir en la dignidad, no ha conseguido crear dar fuerza a una instancia capaz de reunir todos los soberanistas en un bloque amplio como el de los independentistas catalanes.
Pero está claro que en la ausencia de las elites políticas, es la movilización ciudadana la que se ha levantado frente4 a la serie de medidas de desconstrucción del modelo socialdemócrata de la sociedad quebequense y la imposición de políticas de austeridad reaccionarias. Valga mencionar las manifestaciones que rodean los establecimientos educacionales para defenderlos simbólicamente ante los efectos de los recortes en la educación. Las reacciones frente a las medidas de privatización del sistema de salud quebequense. La última de las cuales es la de imponer una canasta básica de servicios de salud, lo que permitiría ampliar las posibilidades de oferta del sistema privado de salud que tiene el viento en las velas.
La criticas frente a los cambios en el sistema de seguro social que se traducen en efectos aberrantes como el cierre de centros que permiten la rehabilitación de dependientes. Las compresiones en los Centros de la pequeña infancia que se traducen en un castigo para los centros que hacen buena gestión y favorecimiento escandaloso del sistema de guarderías privadas. La lista es larga y ha sido detallada por muchos, Pero no hay oposición en Quebec. Los liberales podrían gobernar por los próximos 40 años en esas condiciones pese a haber sido elegido sin el programa reaccionario que está aplicando hoy día. La movilización ciudadana consigue efectivamente hacer que el gobierno retroceda en algunas medidas como fue la de refinanciar algunos organismos que ofrecen ayuda a los toxicómanos, como cuando restableció en parte el financiamiento de las bibliotecas escolares, pero se trata de aspectos puntuales en ausencia de partidos que presenten medidas de fondo.
El panorama quebequense aparece marcado por el combate a la austeridad. Aunque es una causa adoptada por la movilización ciudadana, los partidos políticos parecen soslayarla por diversas razones. Ello deja todo el espacio político al gobierno Couillard que sigue con su estrategia de cambios profundos en Quebec.