
Captura de Joaquín «El Chapo» Guzmán en Mochis, Sinaloa, México.
El presidente mexicano Enrique Peña Nieto, anunció por Twitter el viernes 8 de enero, la captura del jefe del Cartel de Sinaloa (o cartel del Pacífico) en México, Joaquín, “El “Chapo”” Guzmán Loera, en la ciudad de Mochis en el estado de Sinaloa. Según el New York Times, fueron los contactos del “Chapo” para hacer una película sobre su vida los que permitieron ubicarlo, (aunque no se sabe exactamente el rol que jugaron los servicios secretos estadounidenses en la captura por tercera vez del narcotraficante a la cabeza del cartel más poderoso de México). Rolling Stones publicó ayer una entrevista que le hizo el actor estadounidense Sean Penn el 2 de octubre pasado al “Chapo”, cuando era el hombre más buscado del planeta. Algo que hace que el editorial de la Jornada, se interrogue sobre ¿Cómo es posible que mientras el gobierno de Enrique Peña Nieto se enfrascaba en una cacería sin precedente para capturar al “Chapo”, este se reunía con medios internacionales y estrellas de la farándula para dar entrevistas?
El gobierno tuvo un importante éxito publicitario, pero nadie cree que la captura del “Chapo” termine con la violencia o el narcotráfico en México. Le permite al Presidente Enrique Peña Nieto mejorar su popularidad y presentarse triunfalista en la guerra contra el narcotráfico luego que la fuga del “Chapo” en 2015 confirmara que nada había cambiado en la infiltración del narcotráfico en el Estado. Pero sigue siendo un gobierno muy impopular por la devaluación del peso y la caída de los precios del petróleo y el desmoronamiento de la versión del gobierno sobre el caso de los desaparecidos en Ayotzinapa. Además, de acuerdo a los reportajes de la captura, las fuerzas de seguridad mexicanas no tienen ningún respeto por los civiles que puedan encontrarse en los parajes.
Veamos algunas reflexiones.
1. Cierre de un capítulo bochornoso.

Se cierra el más bochornoso capítulo del gobierno de Enrique Peña Nieto
Ciertamente, con la captura del «Chapo» se cierra así el más bochornoso capítulo del gobierno de Enrique Peña Nieto: El de la fuga espectacular del “Chapo” el 11 de julio de 2015, usando un túnel de un kilómetro y medio construido con un coste que calculan en un millón de dólares y que unía su celda en la cárcel de máxima seguridad del Altiplano, en Almoloya de Juárez en el Estado de México, con un sitio en construcción. Nadie dudó que si el “Chapo” pudo escapar fue gracias a complicidades institucionales. Su libertad duró 182 días.
La captura del “Chapo”, permite que el Estado mexicano aparezca cumpliendo su obligación ineludible de aplicar la ley, pero hay consenso que el discurso triunfalista del presidente Enrique Peña Nieto es exagerado. La captura del “Chapo” permite es cerrar un capítulo que causaba vergüenza a las fuerzas de seguridad y la justicia mexicana. Todos coinciden sin embargo que la captura del “Chapo”, no es un punto de inflexión de la lucha contra el narcotráfico y que ello no reducirá la inseguridad o violencia en México.
2. No cambiará la situación del cartel de Sinaloa o del Pacífico.

Nadie espera que cambie la situación del cartel de Sinaloa o del pacífico.
Nadie espera que cambie la situación del cartel de Sinaloa o que disminuya la violencia en México producto de la captura del “Chapo” Guzmán.
De acuerdo al investigador del Instituto nacional de ciencias Penales, Martín Barrón, hasta personal de la agencia antidroga de Estados Unidos, Drug Enforcement Agency, señalan que la captura del “Chapo” en febrero de 2014, no mermó el tráfico de drogas ni cambió la situación del cartel de Sinaloa en relación a los otros carteles. El narcotráfico funciona como una empresa en que los sustitutos están preparados y el cartel de Sinaloa tiene raíces históricas de crimen organizado de hace casi un siglo.
Lo más probable es lo contrario: que su captura aumentará las guerras entre los carteles por el control del narcotráfico, un fenómeno habitual, cuando ocurren capturas de cabecillas que no implican acabar con las causas del narcotráfico.
3. Fracaso de la guerra contra el narcotráfico
Los analistas constatan que bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto, sigue creciendo la violencia ligada al narcotráfico y otras actividades que van de la extorsión y el secuestro hasta el contrabando y la industria de falsificación, pasando por la trata de personas.

Bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto sigue creciendo la violencia ligada al narcotráfico.
La guerra contra el narcotráfico del gobierno de Felipe Calderón (2006-20012) fue un fracaso completo.
La porosidad de las fronteras entre los mundos legales e ilegales en México incluida la famosa “mordida” tiene profundas raíces históricas profundas. Luego de años de la corrupción institucionalizada de los gobiernos del Partido de la revolución Institucional, el último escándalo de los cuales fue la asociación del hermano del presidente Carlos Salinas de Gortari con los narcotraficantes.
Algunos plantean que el Tratado de libre Comercio de América del Norte de 1995, no solo fortaleció los intercambios legales de México con Estados Unidos, también los ilegales, favoreciendo los carteles del narcotráfico porque coincidió con la estrategia de Washington contra la droga en Colombia y su paso por el Caribe. Ello transformó a México en la mejor vía para entrar la droga a Estados Unidos
Numerosos estudios constatan que el territorio Mexicano está parcelado por los carteles del narcotráfico y documentan las luchas encarnizadas entre carteles por el control del crimen organizado. Culiacán en Sinaloa es la zona más violenta de México. Entre ellos, además del cartel del Pacífico, están los carteles de la Familia Michoacana, de los caballeros templarios; Arellano Félix, Zetas, Beltrán Leyva, Carrillo Fuentes; Jalisco Nueva Generación y del Golfo. Las organizaciones criminales corrompen las instituciones que se supone que las combaten. El temido cartel de los Zetas fue formado por un núcleo original de entre 30 y 40 militares desertores de las fuerzas especiales de México que trabajaban para el cartel del Golfo.

Los estudios muestran que el territorio mexicano está parcelado entre los carteles del narcotráfico.
Todo indica que nadie cree que la captura del “Chapo” pueda afectar el cartel del Pacífico (o de Sinaloa) porque había seguido funcionando tal cual cuando el “Chapo” estaba preso. El cartel de Sinaloa es considerado como una de las empresas más rentables del mundo y según el diario El País, no necesita una cabeza visible para funcionar. Recuerda que El “Chapo” ha sido encarcelado tres veces en 15 años. Ismael Mayo Zambada otro jefe del cartel y presunto jefe activo, sigue prófugo.
Un observador (entrevistado por la BBC) lo presenta como “una gran Federación de narcotraficantes, un colectivo de sicarios, empresarios, políticos y policías corruptos”. Operaria en 17 de los 31 Estados Mexicanos y domina en por lo menos cinco de ellos; controla el mercado estadounidense y envía cargamentos a Canadá, Australia, Europa, África y Asia. Su negocio es de 3 mil millones de dólares.
4. ¿ Asegurar que el “Chapo” no se escapa nuevamente ?
El tema es si efectivamente el estado mexicano puede asegurar que el “Chapo” no escape nuevamente y por ello se espera que sea extraditado a Estados Unidos.
El diario La Jornada, señala que durante los 182 días de fuga los abogados del “Chapo” tejieron una estrategia jurídica que se saldó con un amparo para evitar la extradición del narcotraficante a USA como ocurriera con el narcotraficante colombiano Pablo Escobar. La Procuraduría General de la República (PGR) por su parte plantea que los amparos tramitados por la defensa del “Chapo” no impiden la extradición a Estados Unidos.
El editorial del periódico La Jornada plantea que se maneja la posibilidad por diversos sectores del oficialismo e incluso de partidos de oposición como de Acción nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) de acceder esta vez a la petición de extradición estadounidense.
Ello sería engorroso sin embargo, porque equivale a reconocer que las fuerzas de seguridad mexicanas no son capaces de guardar a El “Chapo”.
5. Perspectivas Mexicanas
Finalmente, desde una perspectiva más amplia, está claro que a más de tres años de su elección el gobierno de Peña Nieto está en crisis y ha perdido toda credibilidad.
Por un lado las reformas del Pacto por México que marcó su plan presidencial, ahondaron las políticas neoliberales y las normas del tratado de libre comercio de América del Norte, se han traducido en la devaluación del peso y desactivación económica producto de la caída de los precios del petróleo.

Los responsables de la matanza de Ayotzinapa siguen impunes.
Por otro lado, y según Jorge Castañeda el apoyo del los miembros del congreso del saliente gobierno del Partido Acción Nacional, tuvieron como precio el no llevar a juicio ningún funcionario del gobierno precedente acusado de crímenes en el marco de la lucha contra el narcotráfico. Se impuso nuevamente la impunidad de los responsables de los 70 mil muertos y 25 mil desaparecidos en el gobierno de Felipe Calderón como lo denuncia Jorge Castañeda. Cifras de muertos de la guerra contra los carteles desde 2007 bajo el ex presidente Felipe Calderón que la BBC calcula en unas 160 mil personas han sido asesinadas, otras 27.500 permanecen desaparecidas. Sólo en 2015, se produjeron 17 mil homicidios relacionados con el crimen organizado.
El gobierno de Enrique Peña Nieto, había perdido toda credibilidad con la fuga del “Chapo” Guzmán en 2015 había confirmado para todos los mexicanos que seguía la infiltración del narcotráfico en el seno mismo del aparato estatal. No consigue realmente ganarla ahora porque las intenciones abiertas de extraditar al “Chapo” Guzmán a Estados Unidos confirman que el sistema de seguridad y judicial mexicano es permeable al narcotráfico y no puede asegurar mantenerle sin que se fugue.
En el gobierno de Enrique Peña Nieto sigue el clima de terror e impunidad que ha banalizado la violencia y el abuso de poder de la Policía y el Ejercito en México. La impunidad de los responsables de la matanza de Ayotzinapa es el índice más claro de que la situación no ha cambiado. Sigue la connivencia entre el narcotráfico y el mundo político bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto.

El actor Sean Penn entrevisto al «Chapo» para la revista Rolling Stones.
Muchos critican que el gobierno de Enrique Peña Nieto pretenda transformar la recaptura del Joaquín, el “Chapo” Guzmán Loera en una victoria, lo cierto es que corrige el error de permitirle escapar que evidenció una disfuncionalidad institucional. Como señala la politóloga Denise Dresser : La estrategia de lucha contra el narcotráfico del gobierno de Enrique Peña Nieto no está dando resultados “No va a servir de nada recapturar al “Chapo” si no se combate el sistema que lo engendró, un sistema corrupto, cómplice”. Por no hablar, de la necesidad de adoptar medidas para contener las causas sociales, económicas e institucionales del narcotráfico. En entrevista con Sean Penn, El “Chapo” coincide, porque señala que no cree que si él es capturado terminará el narcotráfico en México. Es la única salida para muchos mexicanos.