Argentina. Presidencia en balotaje

eleccion_argentina_2015El domingo pasado los electores argentinos causaron sorpresa al negarle la victoria en la primera vuelta de las presidenciales al candidato de continuidad del peronismo, Daniel Scioli. Se abre así por primera vez un balotaje en argentina para dirimir la presidencia entre el peronista Scioli y el candidato de la oposición de derecha, Mauricio Macri para el 22 de noviembre próximo. La incertidumbre sobre quién se ceñirá la banda presidencial en la Casa Rosada argentina el próximo 10 de diciembre hace temer que el progresismo latinoamericano pierda uno de sus gobiernos.

Resultados inesperados.

Los resultados del domingo 25 de octubre pasado desmintieron las encuestas y los planes de continuidad del kirchnerismo. Daniel Scioli, peronista del gobernante Frente Para la Victoria salió primero con sólo 36,85%, lejos de lo esperado.
Su más cercano contrincante, Mauricio Macri, del Frente Cambiemos, causó la sorpresa al obtener el 34,33 % de los votos.
Por su parte, el peronista de derecha Sergio Massa de Unidos para una Nueva Argentina obtuvo 21,34% de los votos con lo que tiene las llaves de la Casa Rosada.
Daniel Scioli, no obtuvo el 45% de los votos o el 40% y una distancia de 10% respecto del segundo, como le obliga la Constitución para ganar la victoria en la primera vuelta de las elecciones.
El riesgo de derrota de Daniel Scioli en el balotaje del 22 de noviembre próximo es aun más evidente porque muchos observadores argumentan que los votos de Sergio Massa se volcarán al candidato derechista Mauricio Macri.

Desgaste y división del Kirchnerismo

Desde ya puede decirse que Scioli no es el mejor candidato de la continuidad del proyecto kirchnerista y que muchos votaron sin entusiasmo. Algunos ya critican la falta de carisma de Daniel Scioli y su expediente de ocho años de gobernador de Buenos Aires. El Frente para la Victoria, perdió la elección de gobernador de la provincia de Buenos Aires, la más numerosa de Argentina y tradicional base del Kirchnerismo.
Muchos indican que no se trata sin embargo de una derrota del Kirchnerismo, como se conoce los 12 de gobierno de la pareja Kirchner. Por un lado, la saliente presidenta Cristina Fernández tiene más del 50% de apoyo en las encuestas, pero la Constitución prohibía que se presentara por tercera vez a la presidencia. En esa medida, la baja votación de Scioli se explica porque había demasiado distancia entre el candidato y el proyecto kirchnerista.
Scioli, declaraba abiertamente que no seguiría como tal las políticas del kirchnerismo y anunciaba una política pragmática que significaba un viraje a la derecha en las relaciones internacionales y en el rol del Estado Argentino en la economía. Aunque sus posiciones no cuestionaban el intervencionismo estatal en la economía ya sea en las nacionalizaciones de la era Kirchner o un cuestionamiento de las políticas sociales, lo cierto es que no se planteaba una continuidad de apoyo a la base social del populismo de izquierda del kirchnerismo.

¿Reposicionamiento de Daniel Scioli?

Fue luego de no ganar en la primera vuelta que Scioli, la noche del domingo que planteó con fuerza que está por la nacionalización de la petrolera argentina y de aerolíneas argentinas., de la reestructuración de la deuda externa y de las políticas sociales del kirchnerismo.
Por su parte el kirchnerismo presiona para que Scioli defienda el proyecto nacional-populista. Está claro que CFK, no se implicó en la campaña de manera determinante porque Scioli no era su candidato y que hasta cierto punto se guardó como salvaguarda de la republica para las próximas elecciones. Después de la elección ha mantenido su distancia.
Aunque el electorado no ha optado aún por el cambio que propone el Frente Cambiemos que justificaría la nueva teoría del péndulo entre gobiernos progresistas y gobiernos de derecha que postulan muchos analistas en América latina, la victoria se anuncia difícil para el balotaje del 22 de noviembre.
Según varios analistas el talón de Aquiles de Daniel Scioli es que aparece alejado de la narrativa del peronismo kirchnerista. Es difícil que eso cambie.

Mauricio Macri: la nueva derecha argentina

Por otro lado, es Mauricio Macri quien aparece con posibilidades de ganar con el apoyo de Sergio Massa.
Tiene un discurso más claro de cambio y de rediseño derechista de la política exterior Argentina. La buena votación de Macri el domingo pasado, revela que la derecha Argentina ha sabido reinventarse. Los analistas consideran que Mauricio Macri mejoró su votación gracias a la extensión de sus adherentes, inicialmente en la Capital Buenos Aires, al resto del país. Pero esa extensión del movimiento reaccionario que nació en la capital Buenos Aires, se acompaño de la alianza con la Unión Cívica Radical. También se acompañó de una moderación de su discurso, inscribiendo su candidatura como una simple alternancia normal en el poder. El Frente Cambiemos, que no pertenece a la corriente peronista que ha domina la política argentina se plantea un discurso por el cambio, semejante al que otros partidos y movimientos derechistas han esgrimido contra los gobiernos progresistas en América Latina. Durante la campaña, Macri no se planteó eliminar programas sociales del kirchnerismo o desnacionalizar YPF o Aerolíneas argentinas. Propuso un eficaz marketing político centrado en las dificultades actuales de Argentina creadas por la caída de los precios de materias primas, el aumento de la inflación al 25%, del déficit y los crecientes problemas de inversión extranjera producto de la reciente arremetida de los fondos buitres, con el apoyo del juez neoyorkino Thomas Griesa.

Incierto balotaje el 22 de noviembre próximo.

La segunda vuelta de las elecciones presidenciales en argentina el 22 de noviembre próximo, se anuncian muy se anuncian complejas. No está claro si se agotó el populismo Kirchnerista y puede operar un intento de cerrar el camino a la candidatura de Mauricio Macri. Lo cierto es que aún no surge una corriente de izquierda que plantee profundizar el proceso de cambios estructurales para asegurar una salida a la creciente crisis en Argentina. Un problema que se repite en otros países latinoamericanos, cuando los gobiernos progresistas experimentan un desgaste importante y postulan políticas centristas para sobrevivir, como Dilma Roussef en Brasil.

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